jueves, 2 de julio de 2015



El monstruo de Parcona 
CRÓNICA DE UNA MENTE SINIESTRA 

Capitulo extraído del Libro El Origen del Miedo
de la Periodista y Escritora Leydy Loayza Mendoza

Resoplaron en la mañana; sucumbieron al atardecer, Pero la Misericordia transformó a la Muerte en Sueño WILLIAM BLAKE El ocaso de mis días en celdas a veces frías, a veces inhumanas, no acaba por hacerme entender la magnitud de mis hazañas. Sé que el mundo no me recordará por lo bien que me porté, y eso a mí ¿que me importa?, soy recordado desde el día en que vine aquí, por el dolor, el horror y la muerte provocada. Ellas no entenderán que fueron víctimas de mis sufrimientos, ellas no supieron que murieron por mi culpa, ellas no conocieron mi dolor, ni mis temores, mis razones, ellas solo estuvieron en el momento menos indicado, cuando yo más las necesite, víctimas todas de mis emociones, de mi locura desatada, víctimas de mi sed. 

No las escogí porque me gustaran, por el color de su piel o por su edad, las escogí porque eran más fáciles de agarrar, no eran putas, no eran malditas, eran apenas unas niñas, sanitas las condenadas, su piel me erotizaba y encandilaba, me hacía llegar al éxtasis, al clímax innato, el que nunca tuve por amor, porque el dolor me llegó primero y eso yo no lo escogí. La gente no entiende lo que habita en mis adentros, LOCO, PSICÓPATA, MALDITO, así me llaman y los comprendo, a ellos no los violaron, a ellos no los ignoraron, a ellos no los humillaron, ¿Me justifico? Tal vez sí, aun cuando eso no sea motivo, lo hecho, hecho está y en mis mas siniestros sueños aun lo recuerdo todo, no me inmuto, porque desde hace mucho ya estoy muerto, tan frío como la sangre de las 13 niñas que murieron bajo mis manos y bajo mis placeres oscuros, en las llamas que ya no alcanzo sentir, en el horror y el odio de mi mundo, mi infierno es estar vivo y en medio de la vida estarme muriendo… 

Niñuska, un apelativo que nunca elegí, solía trabajar callado, sin que nadie me estorbe, temeroso de mis propias opiniones, pues las burlas siempre llegaban a mis oídos, cierto, yo no nací en cuna de oro, ni tampoco supe de Vallejo ni de Arguedas, mucho menos de la Guerra Mundial, ni el concepto de “Autoestima”, y esa mierda con qué se come, me decía para mis adentros, mientras renegaba porque no me pagaron al día, maldito día, todos malditos. Cuando no tienes motivación, cuando tus padres nunca se ocuparon de ti, cuando el tiempo no existe, cuando nadie te responde y las respuestas a tus preguntas las inventas tú, cuando naciste porque si, de la casualidad o la causalidad de la violencia, del trago corto, del error, cuando naciste por equivocación para el mundo no vales nada y para ti mismo menos, entonces ¿Qué importa si te mueres? o ¿Si te atrapan? o ¿Si te violan? 

Un día llegue temprano a la fábrica donde trabajaba, Toto y Manuel comenzaban siempre a joder temprano, ésta vez lo hicieron más de lo debido. -Niñuska, no seas miedosa y ven a ver lo que ha traído Toto, es una merca buena, si quieres salir de la pobreza no seas gil y ven para acá, o no eres hombre. Dijo Manuel con voz siniestra, como provocándome. -Ay, papi, no digas eso Manuel que no ves que el Niñuska es macho ¿o no vieja?, preguntaba Toto como habiendo ensayado el dialogo para hacer que caiga. -No me jodan basuras ( me dije para mis adentros). 

Manuel, era un cholo reacio, mirada fornida, el pliegue de su risa ensanchada pero grotesca, sarcástica siempre, ajena de toda bondad, presta para la burla y la chacota, esquivo con las personas, de noche ladrón, de ésos que por el día trabajan, padre de dos criaturas en dos mujeres, chibolas, pero según él buenazas, de tez prieta, ex presidiario y poseedor de dos marcas profusas en el vientre, sus trofeos de una guerra cruenta en el pabellón B de los presos del Penal de Piedras gordas, una noche en la que murieron dos policías y tres presos, él salió ésa misma noche en libertad, fue su maña o su bravura, nunca nadie le pregunta, y solo atino a no querer saber más. Toto, un jovenzuelo aprendiz de piraña, hijo de la mujer de las esquinas en la Av. Arequipa, la Ruth lo había abandonado a su suerte, nunca supo quién fue su padre, y tuvo que buscárselas en la calle hasta que Don Pepe lo recicló en “la fábrica” pa lo que fuera bueno, su mirada hueca nunca me inspiró confianza, pese a su contextura aparentemente débil, sus ojos reflejaban el odio contenido de quien nunca llora pero guarda miserias. 

Subí al piso donde estaban, una construcción a medias apenas y con ladrillos, desde donde se veía la mitad de lo que era Villa María del Triunfo, hasta pude ver mi casa de lejitos, me asomé a ver detrás de la puerta y lo que sentí fue un manotazo sobre mi nuca, me sujetaron los brazos con una soga, me dieron puñetes en la espalda y el estomago, me apoyaron contra la mesa de madera y me sacaron el pantalón y el calzoncillo de un solo tirón, malditas granujas, comencé a vociferar y me golpearon más, el Toto chapo un fierro torcido y me abrió las piernas. -Ahora estás hablando mariquita, ahora vas a gritar. Esos malditos, me jodieron la vida una y otra vez, malditos recuerdos que estorbaron mi mente y todavía la estorban la oxidan, la rematan y laceran mi memoria, penetraron mis entrañas como salvajes que nunca habían tenido mujer, llegaron los otros compañeros y se unieron a la burla, traían una tira de condones, me desgarraron tanto que la sangre corría por mis muslos con profusa marcha, a esos corajudos no les importó, me abofetearon y me dejaron amarrado, eran 13 los desgraciados que malgastaron mi cuerpo y violaron mi existencia para siempre sin mísera piedad, yo tampoco la tuve tiempo después. 

Aquella noche, llegué hasta por las riberas del Río Rímac, luego que me soltaron, jadeando y horrorizado de mi propio cuerpo, estaba como muerto, mi mirada nunca jamás volvió a tener brillo, alguien tenía que pagar el precio de mis lágrimas y semejante vejación, mire la luna mientras me trataba de quitar la sangre de las manos, de la cara, maldecía la furia de esos sujetos, los maldije toda la noche, no tuvieron piedad y me obligaron a odiarles, ése día cambié para siempre. 

La primera, fue Romina, en Junio de 1995, el lugar indicado fue en los arenales de Villa María del Triunfo, ese paisaje que vieron mis ojos el día de mi violación, a esa niña nunca la había visto, pero se cruzo en mi camino la vez en que decidí empezar a cobrarme la venganza y apagar los gritos de dolor que rebosaban mi cabeza, me dieron ganas de matar salvajemente y destruir la vida más inocente con mis propias manos. Solo al comienzo de sus sollozos me picaba la nuca, le quebraba los huesos y le tapaba la boca, una vez que se callaba, la poseía una vez más, al darme cuenta que estaba muerta todo era mas fácil y difícil a la vez, se ponía dura, pero la faena no se detenía, y es que era como si sentirla tibia, todavía temerosa a aceptar su muerte, mi corazón se electrizaba y volvía a vivir, el éxtasis era mayor una vez muerta, solo entonces la enterraba, aquella escena macabra pero deliciosa, la repetí 8 veces con otras criaturas que se comieron el cuento, aceptaban una galleta, una gaseosa y solo entonces en la soledad del camino se juntaban con mis traumas y mis angustias, yo las hacía presa y las mataba sin piedad, les tapaba la boca y las amarraba, sus gritos asfixiados me excitaban y a la vez me desesperaban, solo entonces comprendía que tenía que matarlas, no había de otra, una a una, hasta que la gente comenzó a sospechar.

La única persona que confiaba en mi ciegamente, era mi madre, que ilusa, me valí de ella para regresar a Ica, mi ciudad natal, para no levantar más sospechas, recuerdo que me agarraron una vez, pero tal vez el demonio habrá jugado su pichanga y me soltaron extrañamente, en Ica felizmente nadie sospechaba. Vivía por el sector de Parcona, me hice una choza cerca a una chacra, un lugarcito apropiado para mis encuentros conmigo mismo, y con las nuevas víctimas de mis represiones que hastiaban mi cabeza cada noche al cerrar los ojos, las burlas y la vergüenza de su sometimiento, se apoderaban de mi hasta el amanecer. 

Nunca pude hallarlos, la tierra se los tragó, preferí descargar mi furia con el más débil, el ser más vulnerable. Yo, ya no era más una presa, era una fiera buscando cazar para volver a vivir. La novena víctima, la encontré en la curva de Parcona, Sheyla, una niña de 8 años, espere que terminara de jugar con sus amigas y en un descuido le invité una gaseosa… -Hola, lindas tus colitas, me haces parecer a mi hermanita. -¿Y quién es usted? -Yo, solo soy un joven enamorado, pero mi novia no me quiere hacer caso, ¿Le entregas una carta por mí? Anda di que sí. -Yo no hablo con desconocidos, nunca te he visto. -Es que recién me he mudado para acá, que te parece si te invito una galleta y te pago tu micro de regreso a tu casa, solo tienes que venir conmigo una media horita. -Mmm, ya pues. 

La mentira sabe más rico cuando nunca la descubren y te creen en el instante, así subimos al micro, ella era otra víctima perfecta, indefensa, ajena a la maldad, el microbús nos dejó por el descampado y la llevé de la mano, siempre mirando que ningún curioso nos siga, la encerré en la cabaña y la comencé a tocar, ella se quiso escabuir, comenzó a gritar y de un cachetadón le tapé la boca, su llanto no me dejaba penetrarla, pero a la vez me daba una energía que ya extrañaba desde mi llegada a Ica, abusé dos veces de ella, decidí matarla como a todas, no tenía escapatoria, cogí su ropa y la arrojé a la acequia la achirana, salí caminando por la pista y desde aquel 17 de julio, Parcona se había convertido en el nuevo nido de mis odios desmedidos y el abrigo de mi horror. Pero aún con todo eso, mi hambre seguía insaciable y yo seguía caminando por los pasajes oscuros de mis pesadillas a sueldo. La décima víctima ocurrió el 26 de julio, caminé tantísimas veces por la misma calle para llevármela, eran ciertamente víctimas casuales, pero ésta niña parecía más accesible que las demás, no las escogía por el color de piel o la edad, sino por ser presas fáciles de mis instintos, le busque cualquier conversación y aquella niña de 7 años, se vino conmigo al mercado de la Tinguiña, la engañe con el pretexto de comprarle un regalo y en el trayecto bajamos otra vez en la curva de Parcona, casi arrastrándola la cargue cuesta abajo y llegamos a la choza, estaba tan desesperada que la callé como pude para violarla, sus pequeñas uñas casi me sacaron sangre de los brazos y su chirrido y agudo llanto me atormentaban, cogí un cable luz que estaba colgando en la choza y la ahorque para que jamás gritara, una vez muerta la violé una vez más, al final de la jornada entendía que en cada escena aumentaba mi placer y resarcía el dolor que un día me ocasionaron. 

¿Madre? ¿Quién pensaba en ella? se había marchado apenas y me dejó en Ica a mi suerte, yo ya no tenía familia y mi muerte en vida no cesaría si antes no se sometían más inocentes a mis odios y mis angustias internas. La número 11 de nombre Liana, vino a mí un 15 de agosto de 1995, su muerte transcurrió casi tan igual como en los otros casos, para mí, ya se había hecho costumbre violarlas, matarlas y nuevamente volverlas a violar, una vez muertas las enterraba y volvía a la vida siniestra, nadie me miraba con pena, solo sus ojos en mis sueños me miraban con miedo, y me había vuelto temido finalmente, era entonces cuando el hambre volvía a mis venas y mis manos querían nuevas carnes, quería morderlas y maltratarlas hasta el cansancio, mi odio no había terminado. 

Qué lejos estaba de mi niñez, esa etapa de la vida en que como ellas era inocente, y aun no teniendo ninguna riqueza era feliz con un puñado de cancha o con un trompo entre mis manos, llevando las botellas de Don Remigio a la bodega para ganarme dos soles e ir a jugar play en las cabinas a la vuelta de mi casa en Villa María, esos tiempos en que mi madre preparaba su ceviche para venderlo en el mercado, cuando las horas pasaban lento y yo creía que de grande iba ser como los cachacos que levantaban a los jóvenes indocumentados, hacían batidas y eran poderosos, yo quería serlo pero nunca tuve cómo, ésos años en que vivía sin ninguna porquería metida en la cabeza, en la que me obligaban ir al colegio pero me tiraba la vaca para ver la pelea de gallos y apostar una coca cola a los hijos de las placeras del barrio. En ésas épocas yo aún vivía pensando que la gente era buena y que uno podía llegar a ser algo. La número 12, ocurrió el 16 de agosto 3 de la tarde, su mirada de niña, 7 años, ella no hablo conmigo porque antes de hacerlo la tome del brazo fuertemente, no quiso dejarse llevar y se zafó, fue entonces cuando la correteé por la chacra deshabitada. 

La cogí del cuello y le golpee la nuca, dejó de llorar y al violarla sentí que ya se había muerto, había una sierra que habían dejado unos agricultores, e hice lo que nunca jamás pensé hacer y que los médicos psiquiatras califican como el clímax de mi locura, de mi enfermedad, de mi siniestra mente psicópata, la partí como pude y la introduje en unas cajas, para enterrarla sin mucho espacio para que nadie se diera cuenta. Con ella, ya eran doce, 3 juntas en una misma fosa, cuando me quede solo con una parte de su cuerpo, volví a violarla, ya estaba seca, pero la carne todavía tibia me chocaba la piel y me estremecía, en medio de mi inconsciencia, mi crueldad me era fiel, mis ojos desorbitados me guiaron hasta la choza y me eché a dormir, nunca hubo sueño después del día en que me violaron, solo pesadillas de mis desgracias y las burlas de los malditos que me trajeron la tragedia, ellos corrían en la noche y me golpeaban, mi boca pedía clemencia, pero nadie me escuchaba, un día me levanté en sobresalto, abrí la puerta y caminé dos metros fuera de la choza, en medio del pasto, salió un sujeto de poncho negro, me miró a la cara y se marchó, parecía el mismo diablo pero al acercarme solo reía, quise tocarlo y desapareció. La número 13 y la última víctima, 13 como los malditos que abusaron de mí, la encontré en marimon en el cercado de Ica, tomamos un tico plomo, y al bajar la noté nerviosa, no miré, observé su miedo atentamente, la presentía preocupada, era como si supiese a donde iba, su inocencia me hizo recordar cuando era niño, me comía todos los cuentos pero siempre tenía un ojo abierto, eso al final de nada me sirvió, y vino a mi cabeza el “antes” de mi desgracia, que hubiera sido de mí si algún día me enamoraba, jugaba a la casita y tenía mujer e hijos, quizás como esa indefensa niña, ALTO, yo no tenía corazón, y ya no tenía derecho, ya no tenía nada que perder ni que ganar. 

La coraza regresó a mí, me recubrí la sensibilidad hasta hoy insensible para mis adentros, mientras la ultrajaba recordaba al sujeto oscuro que vi en la noche, ¿habrá sido Satanás?, apenas me acordaba y me sentía aliviado, la mocosa gritaba tanto que la asfixié y tiré su cuerpo al pozo, cogía sus pies, tapaba su boca y las estrangulaba a todas, a todas, pero esa noche no pude más y el arrepentimiento quiso amordazarme lentamente, dejé huellas imperceptibles, pero sabía que eso no era suficiente, deslice mi nerviosismo por sus sienes y comenzaron a descubrirme.

No es que no dejara huellas fáciles de detectar, es que no tuvieron la capacidad para darse cuenta, a tiempo, solo hasta que yo mismo lo confesé todo. Conté paso a paso, como lo hice con todas y apenas terminé el relato, mi boca no supo hablar más, simplemente había enmudecido. Al otro día mi nombre era famoso y los titulares dibujaban la sombra del horror. Entre mayo y setiembre de 1995 y 1996, 13 niñas menores de 10 años fueron violadas y asesinadas, cruelmente. El salvajismo azotaba Ica y el repudio crecía mientras el llanto desbordado de las madres era insuficiente, el macabro hallazgo de los cadáveres confirmaba la huella del terror, el “Mounstro de Parcona” lo había confesado todo, un cuadro de historias reales llenaba el morbo de la gente y la necesaria indignación, todos querían lincharlo, matarlo, pero lo que no sabían era que desde hace mucho estuvo muerto, y que la sombra del mal dibujada en aquel hombre que se apareció en la cabaña era satanás. 

Repleto de odio, había tomado por asalto su cuerpo, se había robado su espíritu, esa tarde siniestra donde el brillo de los ojos de Niñuska se apagaron, allá donde nació el deseo de venganza y en donde nace el origen de todos los males, nadie firmó ningún papel pero en aquel momento la unión macabra de ambos seres espirituales conjuró venganza. Hoy todos sabemos lo que sucedió, el arrepentimiento sin embargo, lo tomó de repente, la debilidad de su confesión, humanizo y horrorizo el mentado caso, él, no solo era una víctima del demonio, sino un “débil” en todas sus letras, porque es allí cuando la verdadera fortaleza del hombre se prueba. 

Salgo de la celda, en el Penal Cristo Rey de Cachiche y tras veinte años de aquellos crímenes apago la grabadora, lo han dejado libre y en la cárcel todos lo recuerdan, por fin conozco su historia, en aquellas épocas yo tenía apenas siete años, la edad de las infortunadas víctimas, yo no fui ninguna de ellas, pero fui testigo de su horror aquella tarde en que lo contó todo en medio de la clandestinidad, porque aunque no lo crean, fue puesto en libertad. Hoy tengo la idea clara de la maldad en el ser humano, en el ser mortal y vulnerable, en aquel que no se ama asimismo, en aquel que perdió toda fe, su versión relata el interior de un ser que nunca pidió perdón, que sigue oprimido con sus miedos ultra interiores, que nunca conoció el amor, que nunca conoció a Dios. Un hombre que vive porque respira, pero que ha muerto desde hace mucho tiempo atrás.

Derechos Reservados 

Autor : Leydy Loayza Mendoza
Libro : El Origen del Miedo - 2014 

El Libro consta de 13 capítulos, para los que deseen adquirirlo esta a la Venta en librerías El Virrey en Lima, en la Esquina Calle Tacna - Av. Municipalidad en Ica - Plaza de Armas, Patronato de Ica al interior del Local Central de la UNICA y en amazon.com o directamente con la Autora a través de su cuenta de Facebbok.



4 comentarios:

  1. Disculpa una consulta ultima parte sobre historia monstruo d parcona. Quieres decir esta libre?. O una forma ipotetica decirlo

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  2. Hey, you have written a great piece of content, it was full of information, which I think very necessary to know these days. Also please check my blog Buy Google Business Reviews.

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FRAGMENTOS Y PUBLICACIONES


Extraido de : "Placeres y Delirios" Por Leydy Loayza

CUERPO A CUERPO

Siento desesperada, una presunción clandestina, es tu amor que me busca

Como si bajo la sombra la pasión fluyese y mis ropas despojas

Sin idea de respeto alguno mi alma profanas con besos fugaces

Y caricias rosadas, repletas de instinto salvaje e inocencia robada…

Me late el miedo de dejarme llevar en tus brazos,

Consume mis encantos, devórame en tus labios….

Me estremece la duda de saber si me amas,

Mientras caminan tus dedos por mi espalda

Mis labios susurran tu nombre despacio y me encantas

Entonces me abrazas presumes mi miedo…

Despacio me alimentas de un sublime Te Quiero

Mis manos empiezan a tocarte en señal de acierto

Tu piel se me aloca y me llenas de besos….

La noche cubre todo, me dices y a la alfombra me llevas

Tu cuerpo reposa encima del mío y mi rostro acaricias

La ropa no existe y solo somos dos cuerpos

Materia amante, materia ansiosa, materia finalmente

Materia que la gloria goza…, y un te amo nace de tu boca

y mientras más lo haces más me vuelves loca

Siento entonces la presunción clandestina de nuestro encuentro

Siento entonces el placer desmedido y el amor expresado cuerpo a cuerpo…



Encarnados en la locura de un Deseo



Hazme probar de tus labios la experiencia,

Hazme de tus piernas presa entre las sombras que nos cubren

Hazme pasajera de tus ganas y tu calentura

Hazme perder la cordura y enciende con besos mi locura

Muérdeme los labios y bésame con paciencia

La noche no termina y aun me resisto a tu insistencia

Sabes que muero de ganas, pero no puedo

Hazme perder los papeles, vence mi miedo

Aprisióname con caricias y besos prohibidos

Secuéstrame y profana mi templo mientras duermo…

Alborota mi piel con la punta de tus dedos,

Invade mi cuerpo con tus deseos,

Conoce mis debilidades al simple tacto,

Viólame en secreto sin gritos, y sin llantos

Intérnate entre mis curvas y mi regazo

Llévate mi inocencia, y hazme tuya

Róbame la vergüenza, penetra mis sentidos

Pégate a mi pecho y siente mis latidos,

Baila sobre mis ganas, sáciame tanto,

Hoy juego con fuego y hoy goce tanto…

Despierto sobre mi cama, yace el silencio

No estás a mi lado, fue todo un sueño…

Copy@right Derechos Reservados / Extraido de "Placeres y Delirios" Publicado en el 2011 por la Editorial Bisagra de la Autora : Leydy Loayza Mendoza




Leydy Loayza Mendoza,
Nace un 08 de Setiembre
de 1985, bajo los Calidos
Algarrobos y Uvas frescas
del Valle de Ica, una mañana
de Domingo...

Realizo sus Estudios en el
Colegio Católico “San Vicente”
para luego encaminarse al
Periodismo, su gran pasión,
así a través de la Radio y la TV
Difunde con empalia las Noticias
y a través de su pluma dibuja
cada día de letras
el devenir de la vida...

Dueña de una versatilidad para
describir las cosas y un
sentimentalismo agudo
para vivir las emociones del alma
Publica en Diciembre del 2009
su primera Edición :” Mas alla del ALma”

VENTA DE LIBROS A NIVEL NACIONAL : EN LAS TIENDAS DE ZETA BOOKSTORE
COMANDANTE ESPINAR 219 - MIRAFLORES
PLAZA SAN MIGUEL TIENDA 72
JOCKEY PLAZA SEGUNDO NIVEL TIENDA 02
Y EN ICA PLAZA EL SOL - ZETA BOOKSTORE


CONFERENCIA DE PRENSA EN SALA MOHME DEL CONGRESO DE LA REPUBLICA : PRESENTACION DE LIBRO : "MAS ALLA DEL ALMA" POR LA ESCRITORA LEYDY LOAYZA MENDOZA

A sus 24 Años la Joven Periodista, y Escritora, Publica su primer Libro Mas alla del Alma, cuya ceremonia se llevo a cabo en el Congreso de la Republica el dia 16 de Diciembre en la Sala Mohme, con la prescencia de Periodistas Nacionales, de Prensa Televisiva, Radial y Escrita, asi como el Congresista Rafael Yamashiro Ore.

Con ello, Leydy Loayza Autora de Libro deja un Precedente en la Literatura Peruana, en cuyas paginas vierte de manera versatil y sutil pasajes de la tragedia del 15 de Agosto, asi como versos de amor y cronicas politicas, sociales y humanisticas.

Asimismo, anuncia la presentacion del Libro en su ciudad Natal : Ica, en el mes de Enero del 2010.

CONFERENCIA EN LA SALA RAUL PORRAS BARNECHEA DE LA CIUDAD DE LIMA - MIRAFLORES

Luego de la Experiencia "Mas alla del alma", surgio el Colectivo de Jovenes Poetas llamado "Voz Orquidea" que recoge la escencia de la mujer poeta en bellas y enigmaticas compociciones sutiles e intrepidas, la Presentacion fue este 11 de Febrero. Aqui fotografias del Evento, en el cual participo tambien Leydy Loayza.



FRAGMENTOS : 2010

Sobre mi dorso siento

Desde que estas aqui, mi espiritu ya no busca refugio
porque tus ojos me llenan el alma,
tus labios me besan y un calorcito intenso
me estremece el cuerpo eres tu y tu fuego,
que me remueve el cuerpo y el deseo

Es tu voz la que me inquieta,
tus manos me perturban el pensamiento
que vuela hasta imaginarme desnuda
contigo encima, recorriendo mi dorso
me calmas las ganas, me calmas la piel exitada,
me llenas de besos y me hasces tuya una y otra vez

y dire que Te amo y siempre te amare,
porque nunca me senti tan completa
como me siento contigo, tan amada, tan querida,
Siento necesitarte a cada momento
y siento que debo estar contigo
porque sin ti simplemente no estoy...

POR :
LEYDY LOAYZA MENDOZA / ABRIL 2010



Cuando Llora un alma


La ausencia de un alma se siente cruda

cuando se va de nuestro lado

Y entonces se siente frío

cuando el calor nos ha dejado…


La soledad escueta se asoma

y nos aborda un rostro extraviado

Y el atareado día nos deja desorbitados

ante el dolor y el llanto…

Aquel silencio crepuscular que estremece

cual idilio o trance ipso facto

Aquel eco de voces y pésames apagados

que agita y aterra

Aquella sinfonía melódica

que ante el vacio ineludible nos apaga el alma

Aquel grito de despedida

que enerva la piel y remece la calma…

Entonces me repito cuan corta es la vida,

y cuan corta la alegría

Que si de un futuro hicimos promesas hoy no queda nada

Que si construimos sueños utópicos en un romance perfecto

Que si vivimos muy intensamente…

Que si tal vez amamos demasiado ,

hoy entendí que todo se acaba….

Y tal vez las respuestas ante la temida muerte

... hoy se han ido

Y tal vez las palabras que lamentan tu deceso

contigo se han quedado

Pero la desdicha de perderte no se ha ido,

todos duermen y de dolor muero…


Todos descansan pero tu recuerdo invade mi mente…

Entonces comprendo que no será fácil dejar de verte

En cada pensamiento que atraviese mi mente


El frenesí de mi alma se ha perdido,

el amor de mi vida se ha marchado

El denuedo de mi espíritu se ha ido

y solos nos hemos quedado…

El sosiego ahora tarda en llegar

pues la historia continua a mi pesar…

La muerte nunca perderá mientras la vida debe continuar…


18 de Setiembre...



DERECHOS RESERVADOS
PATENTADOS EN INDECOPI

AUTOR : LEYDY LOAYZA MENDOZA

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MAS ALLA DEL ALMA DE 200 PAGINAS PUEDEN LLAMAR AL 956 844272 RPM *134850 / 956 264562
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